
El hallazgo de los cuerpos de Bayron Sánchez Salazar, conocido como B-King, y Jorge Luis Herrera, alias Regio Clown, estremeció a Colombia y México.
Ambos músicos colombianos fueron reportados como desaparecidos el 16 de septiembre en Ciudad de México. Un día después, sus cuerpos aparecieron en el municipio de Cocotitlán, Estado de México.
La noticia cayó como un golpe seco en la escena musical urbana. Lo que comenzó como un viaje de sueños terminó en un silencio desgarrador.
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Desaparición en Ciudad de México
El 16 de septiembre, B-King y Regio Clown fueron vistos por última vez en Polanco, una de las zonas más transitadas y exclusivas de la Ciudad de México.
Testigos confirmaron que se dirigían a un gimnasio Smart Fit. Desde ese momento, se perdió todo contacto. Ni llamadas, ni mensajes, nada.
Sus familiares en Colombia comenzaron a notar el silencio. Amigos en México confirmaron la angustia: habían desaparecido sin dejar rastro.
Esa noche se activaron las fichas oficiales de búsqueda. Fotos de los músicos circularon en redes sociales, acompañadas de súplicas desesperadas para dar con ellos.
Comisión de Derechos Humanos México
Hallazgo en Cocotitlán
El 17 de septiembre, la Fiscalía del Estado de México encontró dos cuerpos sin vida en Cocotitlán. La noticia fue confirmada horas después.
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Uno de los cadáveres correspondía a Bayron Sánchez, B-King. La identificación fue inmediata y dolorosa. Su familia lo reconoció con lágrimas y rabia.
El segundo cuerpo, todo indica, es de Regio Clown. Sin embargo, al cierre de esta nota, las autoridades todavía no han hecho pública la confirmación forense definitiva.
El contraste fue brutal: mientras Colombia celebraba su independencia semanas atrás, ahora lloraba a dos jóvenes que buscaban independencia artística y terminaron enterrados en la violencia.
Quién era B-King
Con apenas 31 años, B-King era un cantante que había construido su carrera desde abajo. Independiente, perseverante y con un estilo urbano auténtico.
Soñaba con cruzar fronteras a través de su música. Veía en México una oportunidad de expansión, un escenario estratégico para artistas emergentes.
Sus letras reflejaban lucha, barrio y esperanza. En cada escenario, grande o pequeño, dejaba claro que su talento podía hablar sin necesidad de una disquera poderosa.
Amigos lo describen como un hombre noble, trabajador y obstinado. Su sueño era ser escuchado, pero nunca pensó que su voz sería silenciada de manera tan brutal.
La historia de Regio Clown
Jorge Luis Herrera, Regio Clown, era DJ y productor. Su carrera, como la de B-King, estaba en ascenso.
Se caracterizaba por mezclar sonidos urbanos con toques experimentales. Sus colaboraciones eran cada vez más frecuentes y su presencia en escenarios independientes, cada vez más reconocida.
Compartía con B-King la ilusión de conquistar un espacio en México. Ambos sabían que el camino era duro, pero estaban convencidos de que el esfuerzo valía la pena.
Hoy, su nombre se une a la trágica lista de artistas que jamás regresaron de un viaje de sueños.
Reacciones en Colombia y México
El impacto fue inmediato. En redes sociales, seguidores, colegas y artistas expresaron rabia, frustración y dolor.
Mensajes de indignación se multiplicaron: “¿Cómo es posible que viajar a cantar termine en la muerte?”, “México no puede seguir siendo una tumba para extranjeros”.
La Cancillería de Colombia confirmó que está en contacto con autoridades mexicanas. También anunció apoyo para las familias y coordinación para repatriar los cuerpos.
En México, la noticia expuso otra vez la crisis de seguridad. Una nación herida por la violencia suma ahora la tragedia de dos jóvenes colombianos.
México: país de oportunidades y riesgos
Muchos artistas viajan a México con la ilusión de crecer. Pero la inseguridad convierte esos viajes en una apuesta peligrosa.
México es un país con una industria musical poderosa. Sin embargo, también enfrenta un contexto de homicidios y desapariciones que no da tregua.
Según cifras oficiales, más de 80 asesinatos ocurren cada día en el país. Entre ellos, numerosos casos de extranjeros que quedan atrapados en la violencia.
La historia de B-King y Regio Clown refleja esa dualidad: un lugar que abre escenarios, pero también expone a riesgos mortales.
Lo que investigan las autoridades
La Fiscalía del Estado de México abrió una investigación exhaustiva. Se revisan cámaras, se rastrean llamadas y se interrogan posibles testigos.
El objetivo: reconstruir los últimos movimientos de los músicos. Se sabe que entraron a un gimnasio en Polanco, pero después, la pista se perdió.
No hay versiones oficiales sobre móviles. ¿Robo? ¿Secuestro? ¿Crimen organizado? Ninguna hipótesis se descarta.
Lo único confirmado es que las familias esperan verdad y justicia, dos palabras que en México muchas veces quedan atrapadas en la impunidad.
La voz de las familias
La familia de B-King en Colombia estalló en lágrimas y rabia. Piden respeto, exigen justicia y claman por respuestas.
“Él solo quería cantar, crecer, ser escuchado. Nunca pensó que este viaje sería el último”, dijo un allegado.
La familia de Regio Clown aguarda la confirmación forense, aunque todo indica que el dolor ya es inevitable.
Para ambos hogares, la noticia fue devastadora: jóvenes llenos de sueños regresan en ataúdes, víctimas de una violencia que no tiene fronteras.
El clamor de la comunidad artística
El gremio musical colombiano reaccionó con indignación. Varios artistas reconocidos exigieron garantías de seguridad para quienes viajan a México.
Otros pidieron apoyo institucional para los artistas independientes. “No puede ser que quienes representan la cultura queden tan desprotegidos”, señalaron en redes sociales.
La tragedia encendió un debate: ¿hasta cuándo la música será silenciada por la violencia?
Una herida que trasciende fronteras
El asesinato de B-King y Regio Clown no es solo un dolor colombiano. Es también un recordatorio brutal de los riesgos en un México herido por la inseguridad.
Las preguntas siguen abiertas. ¿Quién los mató? ¿Por qué? ¿Qué pudo hacerse para evitarlo?
Las familias esperan respuestas, los seguidores exigen justicia y la música urbana llora a dos de sus voces emergentes.
Conclusión
B-King y Regio Clown viajaron a México para cumplir un sueño. Regresan en silencio, envueltos en dolor y en rabia.
Lo que debería ser una historia de éxito se convirtió en una tragedia compartida entre dos países. Colombia llora, México se avergüenza y la violencia vuelve a ganar terreno.
En cada esquina, en cada red social, el grito se repite: “Justicia”. Porque no puede normalizarse que un viaje artístico termine en una fosa.
Hoy la música está de luto. Y la indignación, más viva que nunca.